¿FESTEJAMOS O REFLEXIONAMOS?
Las generaciones anteriores cuando concurriamos a la escuela, el acto del 12 de octubre era un festejo, los niños vestidos de "indiecitos" colmaban el escenario. Pasaron los años, vinieron los cuestionamientos y la historia cambió de color, parecía que ya no había qué festejar. En los noticieros comenzaron a verse marchas de habitantes originarios que proclamaban su derecho a la tierra, un derecho que les fue y les sigue siendo arrebatado por los que tienen más poder.
Hoy el discurso histórico se abre paso para replantear lo qué generó en el tiempo el desembarco de Colón en Las Américas por ello es necesario comprender que la colonización dejó consecuencias dolorosas, irremediables como también dejó un camino abierto para repensar la construcción de un pueblo. Son nuestras generaciones y las generaciones posteriores las que tienen el deber y la responsabilidad de convertir ese doloroso principio en un futuro respetuoso de la diversidad, reconociendo ante todo que las diferencias enriquecen y que sumar los esfuerzos sin distinción de color y raza hacen a la grandeza de un país